El Comercio
de órganos y deseos se aprovecha del vacío legal en los países más pobres
de África, Asia y América Latina, donde no es difícil encontrar a personas que
han vendido su riñón por un puñado de dólares. En general, los órganos fluyen
de Norte a Sur. Mientras que en los países ricos la donación se considera un
gesto máximo de generosidad y altruismo necesario para el bienestar social, en
los más pobres el tráfico la ha convertido en un acto desesperado.
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